Camino a Oslo

Como llovía en el ferry!!!

Iglesia medieval de Borgund

De crucero por el fiordo nos acompañaron las gaviotas

La señal de trolls sueltos en la carretera Trollstigen

A punto de cruzar la carretera del Atlántico, según el Times, la carretera más bella del mundo

Conoceis a estas turistas que han subido al ferry?

Bien, pues ya estamos camino de Oslo, tras pillar un par de días de mal tiempo en los que ha llovido bastante. A pesar de la lluvia el paisaje continua siendo espectacular. Las coníferas se mezclan con los abedules y el paisaje va cambiando, abriéndose y cerrándose a medida que avanzamos haciendo camino.

Para dormir paramos en Trondheim, la antigua capital de Noruega. Al día siquiente visitamos su catedral, Nidaros, y la tumba de San Olaf, que es punto de peregrinación en Europa, parecido a lo que representa Santiago de Compostela. Como nota curiosa comentar que como buenos catalanes nos colamos en la catedral, aunque fue sin querer, por una puerta lateral ya que estaban celebrando un bautizo.

Tras volver a la carretera, nuestra amiga de cada día y repetir las frases de cada día, que son: “mirar, a la derecha”, “mirar, a la izquierda”, nos desviamos un poco de nuestra ruta para buscar un camping, ya que teníamos un montón de ropa para lavar y nos dimos de narices con uno que era lo menos parecido a un camping, pero que ya de entrada nos causó muy buenas vibraciones, ya que el propietario lo primero que hizo fue venir a presentarse y darnos la mano, para luego decirnos que buscáramos una parcela y ya pagaríamos luego (os aseguro que esto es muy raro, porque al igual que en mi tierra, para los noruegos “la pela es la pela”).

Que decir del camping, un mezcla de museo de pesca, muelle, factoría de pescado, camping y cabañas de alquiler, donde las tomas de la luz estaban escondidas en los árboles y al entrar, delante de la recepción tenían una construcción imitando a un barco, donde había algunas duchas y la sauna (que no pudimos disfrutar, ya que tardaba 4 horas en calentarse). A pesar de todo, es el camping mas bonito y agradable de los que he estado hasta ahora, con todo muy limpio y aseado.

Con las fuerzas recuperadas, nos dirigimos a enfrentarnos con la carretera del Atlántico, que según el Times, es la carretera más bonita del mundo y la verdad, es que tiene un recorrido y un trazado espectacular. Tan espectacular como la que tomamos un poco después, al trollstigen o carretera de los trolls, la única carretera del mundo que tiene una señal de “trolls sueltos”. Qué decir de esta carretera, es impresionante, con un puente que pasa por encima de una cascada y un montón de curvas de 180 grados que te van conduciendo a la cima de la montaña. Este día, para dormir, un área de reposo super moderna con una especia de línea del tiempo que te llevaba desde 1.800 años antes de Cristo hasta el descubrimiento de la luna. Un buen sitio para descansar unas horas.

No nos podíamos imaginar la cantidad de sorpresas que nos esperaban al día siguiente a pesar de la lluvia. Tras llegar a Flam con la intención de coger su conocido tren y como nos sobraba un poco de tiempo, decidimos también hacer un recorrido por uno de los brazos del fiordo de los sueños, donde nos dimos cuenta de donde venía ese nombre. Un fiordo super cerrado y muy bonito, donde las gaviotas nos acompañaron durante todo el trayecto. Mas tarde el tren, donde en poco mas de una hora asciendes hasta 800 metros de altura y donde la belleza natural se combina con la habilidad humana a la hora de crear esta pequeña joya ferroviaria.

Ahora, a disfrutar de Oslo, a ver que nos espera.