Bien, pues poco a poco nos vamos acercando a Nordkapp. Ayer llegamos a Rovaniemi, donde Santa tiene su guarida y, después de pedirle permiso, aparcamos la autocaravana y dormimos al lado de su casa. El tamaño y la cantidad de mosquitos que hay hace que a veces parezcas árabe, ya que solo se te ven los ojos, al intentar tapar todos los resquicios donde hay piel con lo que sea…
Hoy nos dirigimos a Karasjok, frontera de Finlandia con Noruega y por fin hemos visto nuestro primer reno en medio de la carretera. O la gente es muy cuidadosa o yo creo que mas de uno va a parar a la cazuela después del atropello, ya que no se inmutan por nada.
Finlandia es preciosa, todo verde y azul (tiene más de 188.000 lagos) y con casitas por aquí y por allá. El paisaje poco a poco va cambiando y de los bosques suecos, donde los árboles eran enormes, hemos pasado a un tamaño mas pequeño, aunque en extensión los bosques fineses sean mucho mas grandes (solo se ven árboles, no se lo que deben hacer con tanta madera).
Se me olvidaba que ayer paramos en un IKEA sueco, donde pudimos comprobar que son igual de aquí en cuanto a montaje. Bueno, no todo era igual, los catálogos estaban en sueco y como se que a mi compañera Mati le gusta mucho IKEA y los idiomas, si puedo conseguir que llegue entero a Lleida, se lo regalaré con mucho gusto.
Bueno, pues solo despedirnos y deciros que Santa en persona impresiona un montón, es un tipo gigantesco que debe calzar un 50 por lo menos y que no se cuando lee las cartas de los niños, pues se pasa el día sentado dando la mano a la gente y haciéndose fotos con ellos.
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